miércoles, 30 de septiembre de 2015

6.

FRONTERA

Pánico es lo que nos frena, lo que nos ciega y lo que nos vende al mundo como una respuesta inacabada en la estación de tren. Como una cinta de cassette que no para de desenrollarse para volver a enrollarse sobre la punta de un boli BIC negro.
Latentes cristales acechan la sinrazón humana. Porque los puñales se racionan al igual que la comida se sortea en una fila de gente que tiene hambre.
No entiendo la palabra frontera, no estimo su significado; no profundizo ni predico, ni práctico lo que implica.
Hay carreras que se corren una vez en la vida, la única que nos queda para entender que la tolerancia y el respeto tendrían que ir implícitos en nuestro ADN. Pero no es así, y derrumbo las barreras que me autoimpongo para intentar entender porqué yo, y porqué no tú.
Codiciosamente, ambiciosamente, corruptamente inhumanos en su esencia y pasividad. Revuelvo mis tripas pero vosotros alineáis el intestino de tal forma que cagáis a gusto. ¿Cómo podéis cagar a gusto mientras la mierda reflota sobre un mundo aterrorizado por el ansia de poder, las guerras y los que se ahogan por vivir? ¡POR VIVIR!
¿Cómo podéis vivir ciegos en la ignorancia más dúctil? ¿Cómo podéis quedaros quietos ante la desgracia y la soledad? ¿Cómo entendéis el desamparo como algo normal? ¿Cómo palpáis la posibilidad, la mínima posibilidad de cerrar los ojos y dormir tranquilos?

De repente, se cierran las puertas, se abren las mentes y todo queda en un sueño, cercano sueño de ventanas abiertas y paracaídas que no se cierran.  


Pilar Gomcas

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